Categoría: Caldero con olas
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Pura vida.
He tenido -como todo tablista- muchas situaciones de peligro. La primera vez fue en Puerto fiel con olas de 4 metros en Semana Santa, después en la Herradura y también en Peñascal donde un olón me rompió la pita y me sacó la botita de doble pega pega como zapato de atropellado. Esos que vuelan…
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Viaje a Hawaii
Me sentía como el capitán Cook. Ese gran explorador inglés que llegó hasta las islas de Hawaii en 1778 para descubrir sus maravillosas playas pero que posteriormente fuera asesinado por los nativos de ese lugar. Al igual que el capitán, mi espíritu explorador me llevó hasta la maravillosa isla de Oahu para cumplir uno…
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La ola exacta
Acaba de reventar una gigantesca ola de más de 4 metros frente a mis ojos y esta vez no es por pura coincidencia. Este instante está previamente calculado y fotografiado. Nunca antes el término matemáticamente fue tan acertado. Y es que hoy gracias a la tecnología podemos predecir no sólo cuándo llegarán las olas,…
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Se vino el Huayco
Este fin de semana-debido a las lluvias-se vino el huayco desde la sierra,arrasando todo a su paso hasta llegar a la playa del mismo nombre donde se desarrolló la segunda fecha del Triple Corona Oakley. El domingo el Huayco se pintó de marrón para ofrecerle a los menores divertidas olitas de chocolate. Y es que…
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Agua,solo agua
Luego de entrenarme más de tres meses en el Gimnasio y de viajar en avión durante casi dos días, estaba frente a uno de los mejores tubos del mundo: Padang Padang. La isla de Indonesia posee las mejores olas del planeta y para correrlas hay que estar bien entrenado, y con un estado físico que te…
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¡Arrugante!
En mi último surf Trip al norte, mientras me ponía mi wetsuit para entrar a correr tabla en la crecida de fiestas patrias, mi sobrino Gustavito, me comenta: -¡Tío, está arrugante! Sonaba a precaución. Y es que el termino «arrugante» deriva de arrugar, lo que en el argot significa chuparse, no atreverse, dejar de correr…
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Perdidos
Muchas veces me perdí buscando una dirección, otras manejando, pero nunca me había perdido en la neblina y menos mar adentro. Eran las siete de la mañana cuando salí a encontrarme con mi amigo Foncho para correr la reventazón de Makaha al fondo del muelle de la Rosa Náutica. Al llegar, lo único que se…