El pasado fin de semana fue grande en todo sentido en el Boz Peñascal Classic en memoria de Makki Block, el primer campeonato de ola grande realizado en el emblemático San Bartolo.
Enormes olas de cinco metros enviadas desde el cielo por el más grande de todos, fueron el escenario perfecto para uno de los campeonatos de surf más impresionantes realizados en los últimos tiempos.
Decenas de tablas partidas y muchas pitas rotas hablaban de la furia de sus olas aptas solo para los más valientes.
Entre ellos, mi buen amigo Oky Neyra quien se llevaría el primer puesto en la categoría master, luego que en la ronda clasificatoria partiera su tabla en una gigantesca ola.
Todo hacía parecer que Oky no clasificaría a la final ya que su gun fue escupida por el mar hasta las rocas.
Fue en ese instante, mientras era rescatado por Luchito Labarthe en un arriesgada maniobra frente a las olas con su poderosa moto acuática, que su hijo Osquitar de 12 años decidió buscar otra tabla para que su papá pudiera surfear la ola que le permitió clasificar a la final, corriendo descalzo hasta el otro lado de la bahía donde Oscar decidía –hasta ese momento-abandonar la competencia.
Varios cientos de metros de asfalto caliente, minutos contados y el peso de la enorme tabla de ocho pies no fueron obstáculo para que el hijo de Oscar le llevara a su viejo -en un enorme acto de amor y empeño- su “tabla de salvación” con la que ingresó al mar nuevamente con el mejor incentivo que un padre puede tener, clasificando tercero a la final.
Lo demás ya es historia. Tres buenas olas le dieron el título y el honor de ser el campeón de peñascal donde no solo los grandes demuestran su valor y empeño, también los pequeños como mi sobrino Osquitar tan grande como su viejo
Felicitacines a los Oscars!
Grande el padre, grande el hijo
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Comentarios
Una respuesta a «Grande el padre, grande el hijo»
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Que bonita historia, mérito del hijo sobre todas las cosas!!
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