Hoy 30 de septiembre cumplo años. Pero más allá de la edad, lo fascinante es el origen. Porque si las matemáticas no fallan, y la biología tampoco, significa que fui concebido exactamente nueve meses antes, en Año Nuevo. Sí, mientras el mundo se atragantaba con uvas y brindaba con champán, mis viejos estaban reventando fuegos artificiales en privado.
Y no soy el único. Basta mirar los calendarios: septiembre es un mes saturado de cumpleaños. No es casualidad. Dicen los demógrafos que septiembre es el mes de los partos colectivos. Una especie de mundial del cumpleaños, donde todos soplan velas al mismo tiempo.
El Baby Boom fue una ola demográfica, pero lo mío fue más bien un boom-boom de fiesta. La diferencia es que mientras ellos fueron producto de la reconstrucción y la esperanza, nosotros venimos de la resaca y del último baile del año viejo. Y así como hubo generaciones marcadas por la posguerra, yo pertenezco a la generación de los posbrindis.
Por eso, antes que llamarlo azar, prefiero pensar que mi destino quedó sellado en esa primera noche de música a todo volumen, brindis y abrazos sudados. Tal vez por eso soy Libra: cargando la balanza, siempre inclinada hacia el lado de la risa y del baile.
Al fin y al cabo, no soy hijo de la planificación ni de la prudencia. Soy hijo de la celebración. Y si alguien lo considera un defecto, yo lo llamo herencia generacional: unos nacieron del deber… yo nací del desenfreno. Por eso nunca aprendí a caminar despacio.
Salud por eso. Y que nunca falte la música y el motivo para reírnos de lo solemne. Porque si el destino empieza en una fiesta… lo lógico es seguir bailando. Hoy inicio una nueva vuelta al sol y la pista todavía está abierta para ensayar nuevos pasos.
Y ya que septiembre es la gran cofradía de los cumpleaños, un brindis también para todos los que soplan velas en este mes. A ustedes y a mí: ¡feliz cumpleaños, compañeros de generación posbrindis!
Somos la mejor prueba de que la verdadera pólvora de año nuevo no está en los cohetes sino en la chispa de la vida.
Responder a Andrés Cancelar la respuesta