Es impresionante la cantidad de caras feas que hoy adornan lima gracias a las campañas electorales. Ya no solo tenemos que hacer largas colas para votar, ahora también tenemos que soportar pura cara fea por donde miremos. Y es que, lejos de utilizar paneles publicitarios autorizados, hoy en día, los candidatos se apoderan de cuanto espacio y área verde libre encuentran para poner su “carita linda”
Hoy, no llama la atención, ver sus caras en los árboles, en los postes de luz, en los jardines y en todo lugar que les permita mostrar su falso rostro de amabilidad como si fueran modelos de cosméticos y peor aún, adueñarse de nuestro espacio con sus caramelos ácidos.
Lejos de mostrarnos sus propuestas u hojas de vida, se limitan -cual fotocheck -a enseñarnos su pinochesca sonrisa, junto a su número y símbolo de partido como si ese fuera el único requisito para presentarse en sociedad y ser elegido.
Elegir a alguien por su cara y su sonrisa no es lo más responsable ni correcto, sino tendríamos puras lucianitas en el congreso y nunca hubieran elegido a Chirinos Soto o a frejolito.
Peor aún, es una pena que el mejor postulante-de lejos- al congreso, sea un cara pálida sin sonrisa, que lucha incansablemente por identificarse -sin mayor resultado- con nuestro colorido populorum, luego de reconocerlo hace unos días diciendo:
«Ése es mi principal defecto y voy a trabajar sobre ello, pero no puedes cambiar el vino en cerveza.»
Y es que valgan verdades, son los cara duras, los hipócritas, los que mienten, los falsos, los doble cara y sin moral, los que próximamente manejarán el país como borracho sin brevete y que paradójicamente nunca darán la cara cuando se les increpe o exija cuentas.
Se ven las caras, se ven las caras , pero nunca el corazón.
Caras vemos, corazones no sabemos.
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Comentarios
Una respuesta a «Caras vemos, corazones no sabemos.»
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Grande Blades!!! Filosofia pura!!!
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