Paseando por una de las calles más famosas de Roma: La Via Veneto, hogar del famoso Café de Paris inmortalizado en La Dolce Vita por el director Federico Felinni, veo a la distancia a un plantado italiano que camina hacia mí sin quitarle los ojos de encima a mi esposa, quien caminaba embelesada por los escaparates y tiendas de lujo que ofrece la encantadora avenida.
Conforme caminábamos , este seudo Marcelo Mastroianni con su maldita mirada seductora no dejaba de observarla mientras yo era cómplice de su desfachatada seducción
Cualquier mujer caería rendida a sus pies pero de ninguna manera permitiría yo que eso sucediera con la mía.
Entonces, armado de valor , hinchando el pecho y esperando lo peor, con cara de malo le clavo la mirada y segundos antes de cruzarnos voltea y susurrando a mi oido me dice:
-Hello Kitty
-¿Hello Kitty? ¿Hola Gatito?
El muy bandido estaba mirándome a mí!
Luego de una coqueta sonrisa se alejó de nosotros, esta vez ante la mirada explososiva de mi mujer y mi congelado e impávido rostro que nerviosamente reflejaba esa famosa frase que dice:
Caras vemos, corazones no sabemos…
El italiano de la Via Veneto
por
Etiquetas:
Comentarios
5 respuestas a «El italiano de la Via Veneto»
-
Me encanta leerte Mac, siempre robas una sonrisa
-
Gracias Bego. por eso escribo
-
-
No te estaba mirando a ti, esa fue su salida magistral para evitarse que le rompieras la cara
-
Qué buena! No reparé en eso. Gol de Italia
-
-
Jajaja, muy buena, coincido con Fernando
Deja una respuesta