En la calle

Estar en la calle, para muchos, significa estar en nada.  Para otros, los publicistas, significa todo lo contrario. Estar en la calle es una necesidad. Tener calle, es requisito indispensable para encontrar los famosos insights  que permiten utilizar la memoria colectiva para que el público se identifiquen mejor con un mensaje.
Por ejemplo, no existe limeño alguno que escape de los afiches coloridos que anuncian un grupo musical, pasajero de combi o taxi que no identifique a Sarita colonia en algún tablero o espejo, y menos, un peatón que no repare en las zapatillas que cuelgan de los cables de luz.

Sí, esas zapatillas viejas que cuelgan como una pregunta suelta pero enredada.
– ¿Cómo llegaron ahí?
-¿Quién las puso?
– Y sobre todo,
-¿Cómo las colgaron, por qué  y para qué?
Esas tabas son de alguien que no solo perdió el calzado, perdió el honor y muy probablemente, un ojo, su billetera o la vida.
Las zapatillas enredadas en un cable significan:
-Perdiste
-Te encontraste con la Horma de tu zapato o peor  aún, de tu zapatilla.
-Mi cuadra, no la pisas.
-No pases por acá y menos camines por mi zona.
Las tabas colgadas, son trofeos de guerra  que salen de las pistas y  vuelan violentamente hasta los cables  para inmortalizar la marca de un territorio.
Son,  al igual que las banderas invertidas que muestran las barras bravas, símbolos de un enfrentamiento de pandillas, como cuando el perro orina en la esquina marcando su territorio.
No son amigos, son rivales y esto no es un programa. Es una realidad que grafica el peligro de muchas de nuestras calles.

Una de las tantas calles de Chorrillos