Los tiempos cambian y la delincuencia no es ajena a ello.
Antes, las bandas de asaltantes rara vez tenían nombre, ya que preferían conservar sus crímenes en el anonimato.
Solo algunos de sus líderes gozaban de ese privilegio mediático como “la gringa”, “el cholo Jacinto” , “el loco Perochena” o el famoso «choclito».
Hoy, nos encontramos no solo con bandas bien organizadas sino también tristemente reconocidas como “los malditos de castilla”, “los elegantes”, “los injertos”, “los destructores”, “los cibernéticos”, “los tombos”, etc
Alias que deben su origen a su actividad, modalidad de robo y hasta por su “look” como “los gasparines”, asaltantes de una pollería que ocultaban sus rostros tras las máscaras del dulce fantasmita gasparín.
¿De dónde provienen los nombres de las organizaciones que en las últimas décadas pusieron de cabeza el orden de la cuidad acostumbrada al individualismo del malhechor?
Existen tres versiones
La primera, de los propios delincuentes, los que se encargan de tatuarse el alias como “los malditos de castilla” para hacerse conocidos en sus barrios.
Estas bandas que se autodenominan, buscan definir su esencia y al mismo tiempo erigir el peor recuerdo posible en la sociedad que los observa como “los olvidados de Dios” quienes nunca recibieron nada y, por lo tanto, no le deben nada a nadie por lo que justifican sus acciones.
La segunda, la más fácil, la de la propia policía, quien bautiza a las bandas por su delito o crimen, como los asaltantes de cabinas de internet apodados “los cibernéticos” o “los tombos”, banda integrada por ex policías.
La tercera, y la más probable de todas, de los periodistas, quienes no pierden el tiempo y buscan calificar con su pluma artera a quienes se cruzan por su camino, ya sean delincuentes, personajes de la farándula o políticos a quienes siguen sus pasos hasta inmortalizarlos en sus diarios como “el come pollo”, “la roba cable”, “el mata perros”, o “la lava pies”.
Venga de quien venga, y por más creativo que sea el alias, solo lograremos inmortalizar la delincuencia y a sus nefastos personajes a quienes deberíamos reconocerlos e identificarlos simplemente como delincuentes.
Así, a secas.
Las bandas
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Comentarios
6 respuestas a «Las bandas»
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A los delincuentes por su nombre.
Que las creativas chapas queden para los amigos, con cariño.-
De acuerdo mi querida «MARILYN»
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Un abrazo compadre, que chévere que tu blog está vigente
Pepito-
Saludos PP Siempre vigentes aunque pasen los años
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Eso de ponerles chapas a esas lacras, los engrandecen y para colmo, creen ser superiores …..tremendas basuras, que no tienen habilidad para ser algo positivo en la vida, sino , nacieron solo para el mal, los exterminaría como ha ratas (sin menospreciar a esos roedores),
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Qué tal un poco de Racumin!
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